El «ruido» que no nos deja disfrutar de la realidad.
«Prefiero cien veces más leer un libro o crear imágenes en mi mente que dejar que otra persona piense por mí. Creo que todo el mundo debería pensar e imaginar por sí mismo».
Así describía hace más de setenta años la poetisa Sylvia Plath la sensación que le producía ver cómo las personas perdían su tiempo atrapadas en la pantalla de una televisión o escuchando la radio.
Bastantes décadas después de que Sylvia escribiera esto, los soportes, canales y medios para generar y trasmitir contenidos se ha multiplicado. Y con ello, también nuestro tiempo de atención a estos.
No hace falta que describa las consecuencias, todos lo estamos viendo.
▶️ Mientras otros piensen, creen y hagan cosas por nosotros, seremos un simple eco de ellos.
▶️ Personas con menos capacidad para la creatividad o el pensamiento crítico. Y con una forma de pensar similar.
Sin embargo, la sociedad necesita lo contrario si queremos que avance.
➡️ Disminuir el ruido que nos atonta es el primer paso para recuperar nuestra individualidad y volver a disfrutar de la belleza de la realidad.