Estrategia y Táctica, ni son lo mismo, ni tienen los mismos efectos.

Al hilo de los varios conflictos bélicos abiertos hoy en el mundo se está hablando mucho en los medios de la posibilidad de que algún país utilice armas nucleares «tácticas» contra el enemigo.

 

Estas armas nucleares «tácticas» son diferentes de las armas nucleares «estratégicas».

 

Las armas nucleares estratégicas son las más conocidas desde que se utilizaron por primera y única vez en Hiroshima y Nagasaki en 1945, hace casi ochenta años. Tienen un amplio poder destructivo e indiscriminado y sirven para condicionar la orientación geoestratégica del país que las posee. En el caso de Hiroshima y Nagasaki, fueron causa directa de la rendición de Japón, preludio del fin de la II Guerra Mundial.

 

Las armas nucleares tácticas, en cambio, tienen una potencia sensiblemente menor. Sirven para actuar sobre objetivos muy concretos y selectivos. Su función es destruir áreas concretas del enemigo en una sola acción devastadora, pero limitada. Tienen efectos a corto plazo.

 

Lo mismo pasa con los conceptos de «estrategia» y «táctica» aplicados a las empresas.

 

Un marketing estratégico es aquel que tiene como fin fortalecer la marca a lo largo del tiempo y asegurar el crecimiento y la rentabilidad del negocio en el futuro. Es estratégico porque está en juego la supervivencia de la empresa a largo plazo.

 

Por el contrario, un marketing táctico actúa de manera limitada en el espacio y en el tiempo, por ejemplo, una campaña de lanzamiento de un producto o una promoción. Lo táctico afecta al corto plazo, pero no asegura el futuro.

 

En las empresas hay que actuar en el corto plazo, con acciones tácticas como en los conflictos, pero con el respaldo de una estrategia que es la que de verdad marcará la diferencia en el mercado (como las armas estratégicas).

 

Ambas hay que utilizarlas con criterio, adaptándolas al objetivo para el que están pensadas.

 

 

▶️ Si solo piensas en tácticas, acabarás perdiendo la guerra (tu empresa fracasará).

 

▶️ Y si solo lo haces en estrategias, estarás envuelto continuamente en conflictos sin resolver (la parálisis para tu negocio).

 

A la hora de pensar en cómo tiene que evolucionar tu organización, ten en cuenta siempre que las estrategias crean el futuro de esta, mientras que las tácticas aseguran su presente.

 

Como siempre, en el equilibrio está la situación óptima.

 

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