El problema de los marketeros…

“Eso no es tal y como parece…solo es una estrategia de marketing”, “No te creas todo, eso solo es marketing”…

Estoy seguro de que has escuchado esto o frases similares en más de una ocasión y en diferentes entornos. Y siempre con un sentido: lo que estás oyendo o viendo es falso. Una falsa realidad escondida bajo un manto de apariencia genuina. ¡Qué desastre!

Utilizar el marketing como instrumento para definir lo que no es auténtico es uno de los males con los que desgraciadamente tenemos que luchar los que nos dedicamos a esta actividad, que parece que todo el mundo conoce, y en realidad nadie sabe lo que realmente significa.

Asociar el marketing a algo que no es lo que parece, a un engaño o distracción sí es una falsedad, un desconocimiento monumental de esta disciplina y un desprecio al trabajo de muchos y buenos profesionales que dedicamos nuestros esfuerzos a contribuir al crecimiento de las empresas. Encontrarás que se utiliza la palabra marketing con esa connotación despectiva en la contienda política (“esa ley que proponen es solo una operación de marketing sin fundamento”) en las promociones de algunos productos y servicios o en el mundo de la cultura, la música o el entretenimiento. Hasta Dolce & Gabbana afirman que “ya no hay diseñadores de moda reales, solo se trata de negocios y marketing…”.

¿De quién es la culpa? Es muy fácil señalar a las personas que usan mal el término, quizás por falta de conocimiento o simplemente por imitación social. Pero creo que la mayor responsabilidad recae sobre nosotros mismos, los que nos dedicamos a la estrategia de marketing y la comunicación. Todavía, y mira que llevamos ya tiempo como área estratégica en las organizaciones, no hemos sabido comunicar bien al conjunto de la sociedad lo que hacemos y para qué lo hacemos. ¡Es casi de locos! Nosotros, que somos especialistas en comunicación, no sabemos comunicar nuestra propia actividad. Nos falta pedagogía, trasmitir el valor de lo que hacemos y su utilidad real para las empresas.

Pero si hay una idea básica y central en la que tenemos que ser insistentes es que el marketing NUNCA miente (al menos los que lo ejecutan de forma profesional, que también hay muchos marketeros sobrevenidos). Y solo con la idea de que somos transparentes y honestos con nuestro trabajo podremos trasmitir y conseguir esa credibilidad y fiabilidad que tanto hace falta en las empresas y en la sociedad. ¿Lo conseguiremos?

 

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